“EL VIAJE DE DARWIN EN EL BEAGLE”
INTRODUCCION;
A continuación, se presentara el
tema de nombre “el viaje de Darwin en el Beagle, o mejor conocido como el
Beagle”, este tema nos habla a cerca de una expedición que realizo Darwin,
donde según duraría 2 años, mas sin embargo duro 5 años, donde en este barco se
llevo a sus; colegas, amigos, esposas, ayudantes, etc.
En este viaje pudo resolver muchas
de sus dudas y a su vez, proceder con lo que fueron sus teorías sobre el origen
de la vida y publicar su libro, de nombre “el origen de las especies”, ya que
gracias a este viaje, se dio cuenta de cómo son en realidad algunas especies, sean
animales, celulares, etc., donde aquí puso en práctica lo aprendido en teoría,
para enfrentarse a como son las cosas en realidad.
Propósito de la “ECA”;
Conocer los conceptos y teorías de
la evolución, valorar y preservar la biodiversidad y relacionar la especiación
y adaptación como procesos evolutivos.
Propósito del tema;
Conocer a cerca de lo que es el
“viaje de Darwin en el Beagle” y a su vez, saber de qué habla, de que trata y
porque se llevo este viaje y/o expedición, así como sus pros y contras del
viaje, es decir, en que favoreció este viaje o que mejoras ofreció a la
humanidad o innovaciones científicas en las teorías ya propuestas anteriormente.
“EL VIAJE DE DARWIN
EN EL BEAGLE”
Primero
que nada, sabemos que Charles Robert Darwin nació el 12 de febrero de
1809 en Inglaterra. En 1831, a los 22 años de edad, se graduó en teología en
Cambridge.
Meses después, fue invitado a embarcarse en el
bergantín HMS Beagle, al mando del capitán Robert FitzRoy, para desempeñarse
como naturalista.
El 27
de diciembre de 1831, el Beagle zarpó del puerto de Plymouth para realizar una
expedición científica alrededor del mundo, que duró cinco años, y retornó a
Inglaterra el 2 de octubre de 1836.
Durante
los primeros cuatro años de viaje en el Beagle, Darwin recorrió numerosos
lugares de las costas de Brasil, Uruguay, Argentina, Chile y Perú. Entre 1832 y
1834 visitó el territorio argentino, recorriendo a pie extensos trayectos.
Darwin
registró con todo detalle sus experiencias y observaciones sobre la geología y
biología de los lugares visitados.
Donde
en 1839 publicó sus relatos de la expedición en el Viaje de un naturalista
alrededor del mundo o El Viaje del Beagle., esté interesado por las costumbres
de los criollos y nativos, bosquejó la situación social y política de la época.
Dejó un interesante relato de la entrevista que mantuvo con el general Juan
Manuel de Rosas, cuando este, durante la campaña al “desierto”, acampaba con
sus tropas a orillas del río Colorado.
Darwin
expuso su teoría en El origen de las especies, publicado en 1859.
Durante
mucho tiempo había estado investigando y había reunido mucha información sobre
el tema, pero tardó muchos años en publicar sus ideas, por temor a una reacción
hostil.
Probablemente
no lo hubiera publicado nunca si otro biólogo, Alfred Wallace, no le hubiera
escrito una carta en 1858 sugiriéndole ideas similares
La
aparición de “el origen de las especies” generó un duro debate en la comunidad
científica y religiosa.
Las
críticas destructivas, resultado de una incorrecta interpretación de su teoría,
quedaron reflejadas en caricaturas publicadas en diarios y revistas de la
época. Varias décadas después los avances en el campo de la genética y la
biología molecular terminaron corroborando la validez de la teoría.
La
primera edición de “el origen de las especies”, cuyo título completo es “El
origen de las especies mediante la selección natural o la conservación de las
razas favorecidas en la lucha por la vida”, apareció el 24 de noviembre de
1859., para ese mismo día se agotó. Desde su aparición se realizaron numerosas
reimpresiones y fue traducido a más de treinta idiomas.
La diversidad de la vida se origina a
partir de un proceso de transformación gradual de las especies llamado
evolución.
Donde
es aquí, donde estas transformaciones se producen por selección natural.
La
teoría de la evolución por selección natural puede ser explicada por una serie
de observaciones y deducciones, como son las siguientes;
La selección natural no selecciona al
“mejor” en un sentido absoluto, sino solo en el contexto de un medio
específico, que varía de lugar en lugar y puede cambiar al paso del tiempo.
Las
adaptaciones son las características que ayudan al individuo a sobrevivir y
reproducirse en un ambiente determinado., por un lado los factores del
ambiente, como el tipo de; clima y de suelo, donde aquí establecen las
características básicas que un organismo debe poseer para sobrevivir. Pero por
otro lado las adaptaciones también dependen de las interacciones entre los
propios organismos.
Por
ejemplo, la competencia por recursos escasos favorece a los individuos mejor
adaptados.
Otro
ejemplo es la coevolución: donde esta nos menciona que cuando una especie
adquiere por evolución una nueva característica o modifica una que ya poseía,
por lo general otra especie evoluciona hacia nuevas adaptaciones como
respuesta.
Ejemplos
de coevolución son las interacciones entre los depredadores y las presas, las
plantas y sus polinizadores, los parásitos y sus hospedadores.
EL
VIAJE DEL BEAGLE, DESCUBRIMIENTOS;
Ahora
entrando de lleno, lo que nos habla el
viaje de Darwin, llamada el Beagle, ya teniendo las bases de lo que trata, nos
habla, se basa y es su teoría sobre el origen de la vida y así como también
sobre su libro, llamada “el origen de la vida”, podemos dar el siguiente paso,
el cual nos haba a cerca de lo que hizo o sobre las investigaciones que realizo
en el transcurso de estos 5 años, que fue el tiempo que duro este viaje y que
culmino en Inglaterra, después de haber recorrido todo el mundo (algunas partes
a pie, como es el caso de Latinoamérica actualmente, es decir, de México hacia
abajo, como lo es; Paraguay, Brasil Argentina, Chile, Uruguay, El salvador, Las
islas Galápagos, etc. Y ahora entraremos de lleno a lo que se refiere el “viaje
de Darwin el Beagle”.
El
‘Beagle’ fue el barco de la armada real inglesa encargado de realizar el
reconocimiento geográfico para completar la cartografía de las costas de
América del Sur, África y Australia. Zarpó el 27 de diciembre de 1831 para un
viaje de exploración que duró cinco años.
Charles Darwin fue el gentilhombre y
naturalista de la misión. Entre 1832 y 1835, el Beagle visitó las costas
orientales de América del Sur, es decir, (Argentina, Brasil, chile, Uruguay,
Perú, Bolivia, Venezuela, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Las Islas
Galápagos, etc.) cruzó el estrecho de Magallanes, bordeó la costa de Chile y
Perú, para luego dirigirse a las Islas Galápagos, situadas a casi mil
kilómetros de las costas continentales del Ecuador. Desde Galápagos, el Beagle
cruzó el océano Pacífico en dirección a Australia, el sur de África y luego de
hacer escala en Brasil retornó a Inglaterra.
El
impacto que le produjo la América tropical fue enorme.
Darwin
escribió, extasiado: “No es posible imaginar nada más delicioso que observar la
Naturaleza en su forma más grandiosa. El naturalista no puede caminar cien
metros sin quedarse inmovilizado de contemplar algo tan maravilloso”.
Cada
vez que el Beagle anclaba en algún puerto, Darwin realizaba estudios en tierra
firme: tomaba notas, recogía muestras de rocas, plantas, animales, fósiles…
En la
Patagonia encontró numerosos fósiles; los que más le impresionaron fueron el
del Megatherium (oso perezoso gigante), un animal tan grande como el
rinoceronte; el Gliptodon (armadillo gigante), que parecían tener relación con
las especies modernas.
Durante
el viaje, dice Darwin: “Recogí todo tipo de animales. Dedicaba parte del día a
escribir mi diario y describir minuciosa y vivamente todo cuanto había visto.
Todo lo que pensaba y leía se refería a lo que había visto o podía ver, y este
hábito mental se continuó a lo largo de los cinco años de viaje. Este ejercicio
me ha permitido hacer lo que yo haya realizado por la ciencia. Mi devoción por
la ciencia se fue imponiendo gradualmente al resto de mis aficiones. El placer
de pensar y razonar era mucho mayor que antes. Mi mente se desarrolló por las
actividades que llevé a cabo durante la travesía”.
En estas líneas extraídas de su
autobiografía expresó Darwin la importancia del viaje en el Beagle para
consolidar su formación como naturalista.
“Lo
que más vivamente viene a mi memoria es el esplendor de la vegetación de los
trópicos, la sublimidad de los desiertos de la Patagonia, las montañas
cubiertas de bosque de la Tierra del Fuego; el descubrimiento de las singulares
relaciones entre los animales y plantas de las diversas islas del archipiélago
de las Galápagos y todas ellas con América del Sur.
Trabajé
al máximo durante toda la travesía por el mero placer de investigar y por el
deseo de añadir algo más a la ciencia natural”.
DARWIN
EN GALÁPAGOS
Darwin
llegó al archipiélago de Galápagos el 17 de septiembre de 1835 y permaneció
hasta el 15 de octubre del mismo año.
Este
fue un período crucial de la vida de Darwin. El interés inicial fue la geología
de las islas, sin embargo, al desembarcar atrajeron más su atención la flora y
la fauna por su marcada semejanza con la biota de América continental.
“La historia natural de estas islas es
sumamente curiosa y merece nuestra atención. Gran parte de los elementos
orgánicos que se encuentran en las islas son autóctonos y no se hallan en
ninguna otra parte; tanto es así que se aprecian diferencias entre los
habitantes de las diferentes islas, aunque todos ellos evidencian un marcado
parentesco con los nativos americanos a pesar de estar separados del continente
por 1.000 kilómetros de Océano.
Lo que
aquí sucede es que varias islas del archipiélago poseen sus propias especies de
galápagos, pájaros burlones, pinzones y numerosas plantas cuyas especies tienen
los mismos hábitos fundamentales, ocupan hábitats análogos, y un lugar parecido
dentro del equilibrio biológico del archipiélago, y esto es lo que me asombra”,
cita en su libro El Viaje del Beagle.
En esta inhabitadas islas del Pacífico, muy distantes de las costas de Sudamérica, se sorprendió al descubrir lagartos gigantescos, supuestamente extinguidos, desmesuradas tortugas, cangrejos descomunales, gavilanes sin malicia que se dejaban derribar de un árbol con una vara y tórtolas amistosas que se posaban sobre el hombro del perplejo Charles.
Al cambiar de una isla a otra, aunque el clima y la
geología no variaban, la fauna era inexplicablemente distinta. Parecía que el
Creador había actuado con caprichosa e inútil versatilidad en cada uno de
aquellos pequeños territorios. Sospechaba que el medio en el que se desenvuelve
la vida permite, de forma implacable, sobrevivir solamente a los más aptos.
Sus observaciones geológicas sobre los arrecifes de coral fueron recogidas en varios libros. El viaje
fue decisivo porque orientó definitivamente su vida y su actividad por el
camino de la ciencia. Diez años después de su viaje publicó sus experiencias
del mismo.
En 1839 aparecía su Journal, que, al igual que su obra anterior A Naturalist's Voyage Round the World in
H.M.S. Beagle se haría clásica como libro de viajes. Su capacidad
de trabajo fue considerable a pesar de los daños que causaron a su salud los
rigores de su largo viaje. Fue superior al resto de sus contemporáneos en
observar cosas que se escapan generalmente a la atención.
"Ha sido el acontecimiento más importante de
mi existencia. A este viaje le debo la primera educación de mi carácter. Un
verdadero entrenamiento porque tenía que dedicar la atención a diversas ramas
de la historia natural y esto me obligó a mejorar y a intensificar mis
facultades de observación". (Darwin)
Darwin, el viaje de un
naturalista alrededor del mundo
Etapa 1
27 de diciembre de 1831
27 de diciembre de 1831
Plymouth, costa suroeste de
Inglaterra. Bloqueado desde hace más de un mes por el mal tiempo, un velero de
240 toneladas de arqueo, fletado por el almirantazgo británico, sale finalmente
del puerto: se trata del HMS Beagle. A su bordo, 76 tripulantes y pasajeros;
entre ellos, uno que revolucionará nuestra visión del mundo vivo.
En ese momento, Charles Darwin solo tiene 22 años y es un joven entusiasta y novato. Es el naturalista de la expedición y colectará muestras durante todo el viaje. Robert FitzRoy, capitán de la Marina Real, 4 años mayor que Darwin, es el responsable de esta expedición alrededor del mundo. El objetivo principal de la tripulación no es el estudio de la flora, la fauna o los fósiles. Se trata de recoger datos cartográficos y proseguir con las medidas cronométricas empezadas durante el primer viaje del Beagle de 1826 a 1830. Tres pasajeros muy atípicos participan también en la aventura: son los ‘salvajes’ de Tierra del Fuego, punta sur del continente suramericano, que fueron obligados a embarcarse durante la misión anterior. Después de haber recibido algo de educación ‘a la inglesa’, van a volver a su tierra.
Darwin, ‘el filósofo’, como lo llamarán rápidamente los marinos, se encuentra en esta expedición un poco por casualidad. Recientemente diplomado de Cambridge donde cursó estudios para ser pastor, reforzados por cursos de botánica y geología, Darwin no debía participar en este viaje. Pero el naturalista elegido rechazó la invitación y, así, se presenta una oportunidad increíble para Darwin.
Hijo y nieto de médicos, empezó la carrera de Medicina que abandonó por ser demasiado sensible. Pero su gusto por la naturaleza, la biología y la geología quedó intacto, interés que parecía compartir con su abuelo, como se demuestra en el libro Zoonomía donde se anuncian los principios del evolucionismo. En 1831, gracias a trabajos científicos tales como los de Mauterpuis, Buffon y Lamarck, ya está vigente la teoría según la cual las especies evolucionaron adaptándose a su medio, pero sólo se trata de hipótesis para la comunidad científica de la época. Así, el viaje del Beagle será determinante porque esta experiencia única llevará a la publicación, 28 años después, del libro El origen de las especies en el cual Darwin expone el mecanismo de la evolución mediante su teoría de la selección natural. Este libro provocará un verdadero escándalo por poner en duda el dogma religioso vigente según el cual cada especie viva fue creada por Dios y no cambió desde su creación. ¡Y pensar que el capitán FitzRoy estuvo a punto de rechazar al joven Charles solamente porque la forma de su nariz no le parecía demostrar suficiente energía y determinación para tal aventura!
Pero en este final del mes de diciembre, Darwin está muy lejos de adivinar la revolución que iría a provocar. Joven naturalista explorador, algo diletante pero con un sentido agudo del detalle, sólo piensa en la próxima etapa, listo para anotar todo en su pequeño cuaderno amarillo. Rumbo a las Islas Canarias, al oeste de Marruecos.
En ese momento, Charles Darwin solo tiene 22 años y es un joven entusiasta y novato. Es el naturalista de la expedición y colectará muestras durante todo el viaje. Robert FitzRoy, capitán de la Marina Real, 4 años mayor que Darwin, es el responsable de esta expedición alrededor del mundo. El objetivo principal de la tripulación no es el estudio de la flora, la fauna o los fósiles. Se trata de recoger datos cartográficos y proseguir con las medidas cronométricas empezadas durante el primer viaje del Beagle de 1826 a 1830. Tres pasajeros muy atípicos participan también en la aventura: son los ‘salvajes’ de Tierra del Fuego, punta sur del continente suramericano, que fueron obligados a embarcarse durante la misión anterior. Después de haber recibido algo de educación ‘a la inglesa’, van a volver a su tierra.
Darwin, ‘el filósofo’, como lo llamarán rápidamente los marinos, se encuentra en esta expedición un poco por casualidad. Recientemente diplomado de Cambridge donde cursó estudios para ser pastor, reforzados por cursos de botánica y geología, Darwin no debía participar en este viaje. Pero el naturalista elegido rechazó la invitación y, así, se presenta una oportunidad increíble para Darwin.
Hijo y nieto de médicos, empezó la carrera de Medicina que abandonó por ser demasiado sensible. Pero su gusto por la naturaleza, la biología y la geología quedó intacto, interés que parecía compartir con su abuelo, como se demuestra en el libro Zoonomía donde se anuncian los principios del evolucionismo. En 1831, gracias a trabajos científicos tales como los de Mauterpuis, Buffon y Lamarck, ya está vigente la teoría según la cual las especies evolucionaron adaptándose a su medio, pero sólo se trata de hipótesis para la comunidad científica de la época. Así, el viaje del Beagle será determinante porque esta experiencia única llevará a la publicación, 28 años después, del libro El origen de las especies en el cual Darwin expone el mecanismo de la evolución mediante su teoría de la selección natural. Este libro provocará un verdadero escándalo por poner en duda el dogma religioso vigente según el cual cada especie viva fue creada por Dios y no cambió desde su creación. ¡Y pensar que el capitán FitzRoy estuvo a punto de rechazar al joven Charles solamente porque la forma de su nariz no le parecía demostrar suficiente energía y determinación para tal aventura!
Pero en este final del mes de diciembre, Darwin está muy lejos de adivinar la revolución que iría a provocar. Joven naturalista explorador, algo diletante pero con un sentido agudo del detalle, sólo piensa en la próxima etapa, listo para anotar todo en su pequeño cuaderno amarillo. Rumbo a las Islas Canarias, al oeste de Marruecos.
Etapa 2
Del 27 de diciembre de 1831 al 28 de febrero de 1832
Del 27 de diciembre de 1831 al 28 de febrero de 1832
Darwin
empieza la expedición con un horrible mareo mientras el Beagle se dirige hacia la ciudad de San Salvador
de Bahía, en Brasil. El 6 de enero, el buque está a punto de atracar en
Tenerife, la isla más grande de las Canarias, frente a las costas de Marruecos.
Pero el Beagle se enfrenta a un problema: las autoridades locales le deniegan
la autorización para atracar, temiendo que la tripulación traiga a la isla el
cólera que hace estragos en Inglaterra. El joven naturalista, quien soñaba con
visitar la isla, está muy decepcionado. El capitán FitzRoy decide, entonces,
zarpar con destino a las Islas de Cabo Verde, a la altura de Senegal. Los
exploradores llegan a destino el 16 de enero y echan anclas en Porto-Praia, en
la devastada isla volcánica de San-Iago.
Para Darwin ha llegado la hora de las primeras observaciones, pero también la de las interrogaciones. En efecto, una larga faja de caliza perfectamente horizontal, ubicada muy por encima del nivel del mar, le llama la atención. Los restos de caracoles que contiene la faja demuestran que antes estaba inmersa. ¿Pero cómo llegó allí? Si unos movimientos volcánicos violentos hubieran provocado esta elevación, habrían roto esta larga faja. La ‘tesis de movimientos lentos’, sobre periodos muy largos, propuesta por el geólogo Charles Lyell, de quien Darwin es adepto, parece corresponder bien a este caso particular. ¡Apenas tienen tiempo para reunirse con algunos autóctonos y observar algunos animales… que ya el velero vuelve a zarpar! Tras dos rápidas escalas en los Peñascos de San Pablo, infestados de tiburones, y en la Isla de Fernando de Noronha, quemada por la sequía, el Beagle entra en el puerto de Bahía el 28 de febrero de 1832.
Para Darwin ha llegado la hora de las primeras observaciones, pero también la de las interrogaciones. En efecto, una larga faja de caliza perfectamente horizontal, ubicada muy por encima del nivel del mar, le llama la atención. Los restos de caracoles que contiene la faja demuestran que antes estaba inmersa. ¿Pero cómo llegó allí? Si unos movimientos volcánicos violentos hubieran provocado esta elevación, habrían roto esta larga faja. La ‘tesis de movimientos lentos’, sobre periodos muy largos, propuesta por el geólogo Charles Lyell, de quien Darwin es adepto, parece corresponder bien a este caso particular. ¡Apenas tienen tiempo para reunirse con algunos autóctonos y observar algunos animales… que ya el velero vuelve a zarpar! Tras dos rápidas escalas en los Peñascos de San Pablo, infestados de tiburones, y en la Isla de Fernando de Noronha, quemada por la sequía, el Beagle entra en el puerto de Bahía el 28 de febrero de 1832.
Etapa 3
Del 28 de febrero al 5 de julio de 1832
Del 28 de febrero al 5 de julio de 1832
Al llegar
a Bahía, Darwin cae rápidamente bajo el encanto de la exuberante selva
brasileña. Los insectos hacen tanto ruido que los puede oír desde el buque. ¡Y
eso que ha echado anclas a centenas de metros de la costa! Charles aprovecha esta
escala de una quincena de días para explorar los alrededores. Le intriga la
geología del lugar, en particular las rocas graníticas porque los materiales
que las componen le hacen pensar en la
posibilidad de un origen marino. Le divierte mucho un pez globo capturado cerca
de la costa. ¡Este pez poco común puede hincharse hasta convertirse en una
suerte de bola! Darwin se pregunta de qué naturaleza podrá ser la sustancia
rojo-carmín que secreta el pez cuando se le toca el vientre. En cambio, lo que
no le agrada tanto como al capitán FitzRoy, que es partidario de la esclavitud,
es la condición de los negros que ha observado en la ciudad. Esta discrepancia
provoca una acalorada controversia entre los dos hombres. Furioso, FitzRoy le
prohíbe a Darwin compartir su mesa. Consciente de haberse dejado llevar por la
ira, levantará rápidamente la sanción. Sus iras son frecuentes pero breves.
El 18 de marzo, el Beagle deja Bahía, rumbo a Río de Janeiro. En el camino, el buque pasa por las islas Abrolhos donde el océano toma un color castaño-rojizo inusual. Estudiando con lupa una muestra de esta agua extraña, Darwin observa pequeñas plántulas dispuestas en manojos cilíndricos. Llamadas ‘serrín de mar’ por los marineros, generan este color tan peculiar sobre distancias que pueden alcanzar varios kilómetros.
A principios de abril, el buque echa anclas en Río de Janeiro. Darwin se va a caballo con unos compañeros a explorar los alrededores. Bajo un calor sofocante entrecortado por lluvias torrenciales, recoge una gran diversidad de plantas, insectos y otros animales. A veces hace falta un machete para abrirse paso en la selva. En el camino, los hostales ofrecen generalmente un servicio rudimentario: pueden carecer de tenedores, cuchillos y cucharas. ¡De vez en cuando, los exploradores tienen que matar las gallinas a pedradas para poder cenar! Durante este corto periplo, algunos miembros de la tripulación deciden separarse para explorar la región del Macacu por su cuenta. Más tarde, tres de ellos fallecerán, probablemente víctimas del paludismo.
De vuelta a Río de Janeiro, Darwin reside en una pequeña casa de campo situada en la magnífica bahía de Botafogo. Aprovecha la ocasión para estudiar la fauna local: gusanos planos, ranas cantoras, moscas luminosas, mariposas ‘aventureras’, arañas, hormigas, etc. Darwin se da cuenta de que las relaciones entre ciertas plantas e insectos se parecen a las que existen en Inglaterra, aunque las especies sean diferentes.
El 5 de julio, el buque zarpa para Montevideo, Uruguay.
El 18 de marzo, el Beagle deja Bahía, rumbo a Río de Janeiro. En el camino, el buque pasa por las islas Abrolhos donde el océano toma un color castaño-rojizo inusual. Estudiando con lupa una muestra de esta agua extraña, Darwin observa pequeñas plántulas dispuestas en manojos cilíndricos. Llamadas ‘serrín de mar’ por los marineros, generan este color tan peculiar sobre distancias que pueden alcanzar varios kilómetros.
A principios de abril, el buque echa anclas en Río de Janeiro. Darwin se va a caballo con unos compañeros a explorar los alrededores. Bajo un calor sofocante entrecortado por lluvias torrenciales, recoge una gran diversidad de plantas, insectos y otros animales. A veces hace falta un machete para abrirse paso en la selva. En el camino, los hostales ofrecen generalmente un servicio rudimentario: pueden carecer de tenedores, cuchillos y cucharas. ¡De vez en cuando, los exploradores tienen que matar las gallinas a pedradas para poder cenar! Durante este corto periplo, algunos miembros de la tripulación deciden separarse para explorar la región del Macacu por su cuenta. Más tarde, tres de ellos fallecerán, probablemente víctimas del paludismo.
De vuelta a Río de Janeiro, Darwin reside en una pequeña casa de campo situada en la magnífica bahía de Botafogo. Aprovecha la ocasión para estudiar la fauna local: gusanos planos, ranas cantoras, moscas luminosas, mariposas ‘aventureras’, arañas, hormigas, etc. Darwin se da cuenta de que las relaciones entre ciertas plantas e insectos se parecen a las que existen en Inglaterra, aunque las especies sean diferentes.
El 5 de julio, el buque zarpa para Montevideo, Uruguay.
Etapa 4
Del 5 de julio al 27 de noviembre de 1832
El trayecto del Beagle entre Río
de Janeiro y Montevideo está marcado por la presencia de marsopas, focas,
pájaros bobos y fuegos artificiales naturales. Todavía mareado, Darwin se
alegra de que su buque ancle el 26 de julio. Algunos días más tarde, el jefe de
policía local recluta a los miembros de la tripulación para calmar una
sublevación en Montevideo. En la ciudad, la situación está tensa. El joven
naturalista envía a Inglaterra su primer lote de especímenes colectados desde
el principio del viaje, con cierta aprensión en cuanto al interés que
despertará este envío entre los especialistas británicos.
El buque empieza la exploración de las costas de la región, lo que le permite a Darwin efectuar varias expediciones en el interior de las tierras donde abundan animales a veces extraños: roedores ciegos, enormes carpinchos, ciervos olorosos, pájaros burlones, papamoscas cómicos, sapos diabólicos, carroñeros repugnantes, lagartos-serpientes, ñandúes veloces, perdices estúpidas, pumas, llamas, etc. También descubre el mundo de los gauchos, granjeros locales que manejan el lazo a las mil maravillas y que dirigen a caballo inmensas manadas a través de las pampas. Compartirá con ellos platos exóticos para un inglés de aquella época. Como menú: ¡ñandú y armadillo!
Darwin pasa varias semanas colectando fósiles en Punta Alta, verdadera catacumba de monstruos pertenecientes a especies extinguidas. Descubrirá inmensos huesos fosilizados de Megatherium, Megalonyx, Scelidotherium y Mylodon. Darwin descubre con sorpresa que algunos de estos enormes mamíferos prehistóricos desconocidos presentan extrañas similitudes con el armadillo actual. Este descubrimiento fundamental reforzado por el descubrimiento de la osamenta de Toxodon en el mismo sitio, lo conducirá a replantearse la inmutabilidad de las especies. En efecto, este animal extinguido es extraño en muchos aspectos: tamaño de elefante, dientes de roedor, caracteres anatómicos de paquidermo y de animal acuático. A Darwin le sorprenderá mucho encontrar en el seno de un solo y único animal las características de ciertas especies actuales tan distintas. Este santuario extraordinario tiene otra particularidad. En efecto, todos estos fósiles están mezclados con conchas que difieren muy poco de las de su época. Lo que confirma una de las teorías del geólogo Charles Lyell según la cual la longevidad de las especies de mamíferos es menor a la de las especies de moluscos. En otoño, nuestro aventurero recibe por correo un ejemplar del segundo volumen de los Principios de geología de Lyell, libro que esperaba con mucha impaciencia. Pero por ahora, al capitán FitzRoy le cuesta mucho entender el interés de atiborrar el buque con todos estos ‘desechos’ que, según él, ¡no tienen ninguna utilidad! A principios de septiembre, Darwin, FitzRoy y Harris, un comerciante local inglés que les sirve de guía, permanecen un tiempo en la fortaleza militar Fuerte Argentina. El comandante del lugar los acoge con suspicacia, en particular a este naturalista cuya misión no entiende. Sospechando que podrían ser espías, ordena a sus soldados que los vigilen las veinticuatro horas del día. Durante estas incursiones terrestres, Darwin se sorprende por la vegetación local generalmente caracterizada por vastas llanuras herbáceas: la famosa pampa. ¿A qué debe atribuirse la escasez de árboles en esta región? ¿A la fuerza de los vientos? ¿Al tipo de drenaje? Estas hipótesis no le convencen mucho. Si, como piensa Darwin, el índice de humedad anual determina la presencia de los bosques, el área debería estar cubierta por árboles…
En noviembre, de paso por Buenos Aires, le asombra el aspecto europeo de la ciudad. Aprovecha la ocasión para ir al teatro, un paréntesis de vida social en esta ruda aventura masculina. ¡La belleza de las ‘señoritas’ de este puerto suramericano no lo deja indiferente! Poco antes de la salida del Beagle para su próxima gran etapa, Charles envía su segundo lote de especímenes a Inglaterra: osamentas de Punta Alta, algún pájaro extraño, serpientes, caracoles y crustáceos, plantas, pescados, sapos, semillas, coleópteros, etc. ¡La lista es impresionante!
El 27 de noviembre, el velero zarpa del puerto de Montevideo y pone rumbo a Tierra del Fuego, en la punta sur del continente. El encuentro con los indígenas será memorable…
Etapa 5El buque empieza la exploración de las costas de la región, lo que le permite a Darwin efectuar varias expediciones en el interior de las tierras donde abundan animales a veces extraños: roedores ciegos, enormes carpinchos, ciervos olorosos, pájaros burlones, papamoscas cómicos, sapos diabólicos, carroñeros repugnantes, lagartos-serpientes, ñandúes veloces, perdices estúpidas, pumas, llamas, etc. También descubre el mundo de los gauchos, granjeros locales que manejan el lazo a las mil maravillas y que dirigen a caballo inmensas manadas a través de las pampas. Compartirá con ellos platos exóticos para un inglés de aquella época. Como menú: ¡ñandú y armadillo!
Darwin pasa varias semanas colectando fósiles en Punta Alta, verdadera catacumba de monstruos pertenecientes a especies extinguidas. Descubrirá inmensos huesos fosilizados de Megatherium, Megalonyx, Scelidotherium y Mylodon. Darwin descubre con sorpresa que algunos de estos enormes mamíferos prehistóricos desconocidos presentan extrañas similitudes con el armadillo actual. Este descubrimiento fundamental reforzado por el descubrimiento de la osamenta de Toxodon en el mismo sitio, lo conducirá a replantearse la inmutabilidad de las especies. En efecto, este animal extinguido es extraño en muchos aspectos: tamaño de elefante, dientes de roedor, caracteres anatómicos de paquidermo y de animal acuático. A Darwin le sorprenderá mucho encontrar en el seno de un solo y único animal las características de ciertas especies actuales tan distintas. Este santuario extraordinario tiene otra particularidad. En efecto, todos estos fósiles están mezclados con conchas que difieren muy poco de las de su época. Lo que confirma una de las teorías del geólogo Charles Lyell según la cual la longevidad de las especies de mamíferos es menor a la de las especies de moluscos. En otoño, nuestro aventurero recibe por correo un ejemplar del segundo volumen de los Principios de geología de Lyell, libro que esperaba con mucha impaciencia. Pero por ahora, al capitán FitzRoy le cuesta mucho entender el interés de atiborrar el buque con todos estos ‘desechos’ que, según él, ¡no tienen ninguna utilidad! A principios de septiembre, Darwin, FitzRoy y Harris, un comerciante local inglés que les sirve de guía, permanecen un tiempo en la fortaleza militar Fuerte Argentina. El comandante del lugar los acoge con suspicacia, en particular a este naturalista cuya misión no entiende. Sospechando que podrían ser espías, ordena a sus soldados que los vigilen las veinticuatro horas del día. Durante estas incursiones terrestres, Darwin se sorprende por la vegetación local generalmente caracterizada por vastas llanuras herbáceas: la famosa pampa. ¿A qué debe atribuirse la escasez de árboles en esta región? ¿A la fuerza de los vientos? ¿Al tipo de drenaje? Estas hipótesis no le convencen mucho. Si, como piensa Darwin, el índice de humedad anual determina la presencia de los bosques, el área debería estar cubierta por árboles…
En noviembre, de paso por Buenos Aires, le asombra el aspecto europeo de la ciudad. Aprovecha la ocasión para ir al teatro, un paréntesis de vida social en esta ruda aventura masculina. ¡La belleza de las ‘señoritas’ de este puerto suramericano no lo deja indiferente! Poco antes de la salida del Beagle para su próxima gran etapa, Charles envía su segundo lote de especímenes a Inglaterra: osamentas de Punta Alta, algún pájaro extraño, serpientes, caracoles y crustáceos, plantas, pescados, sapos, semillas, coleópteros, etc. ¡La lista es impresionante!
El 27 de noviembre, el velero zarpa del puerto de Montevideo y pone rumbo a Tierra del Fuego, en la punta sur del continente. El encuentro con los indígenas será memorable…
Del 27 de noviembre de 1832 al 26 de abril de 1833
Desde el
27 de noviembre de 1832, el buque viaja con rumbo a Tierra del Fuego, punta sur
del continente americano. Los tres fueguinos tomados como rehenes durante el
viaje anterior del Beagle van a reunirse con los suyos. Al ver pasar el buque,
algunos nativos pegan saltos, agitan sus andrajos y lanzan un largo y sonoro
aullido…
La acogida será más que sorprendente. Para contener la inquietud palpable de los indígenas, los exploradores les regalan pedazos de tela color rojo-escarlata, que en el acto se atan al cuello. El ambiente se calma. En señal de amistad, un anciano con un tocado de plumas y el rostro extrañamente pintarrajeado acaricia el pecho de Darwin, haciendo ruidos extraños como cloqueos. Pero los habitantes del lugar están desconcertados por estos hombres de piel blanca y larga barba. Además, algunos de ellos incitan a uno de los antiguos rehenes a afeitarse. Este último ha olvidado casi completamente su lengua materna y se avergüenza bastante del comportamiento de sus congéneres. Cabe decir que están muy lejos de las buenas costumbres que se les inculcaron en Inglaterra. ¡Sólo un fino abrigo de piel de guanaco, especie de llama suramericana, cubre apenas sus cuerpos desnudos! El asombro aumenta aún más cuando algunos miembros de la tripulación se echan a bailar y a cantar. La sorpresa no tarda en convertirse en terror cuando los indígenas advierten las armas de fuego que parecen conocer. ¡Sorprendentemente, los ‘salvajes’ imitan perfectamente los ademanes e incluso algunas palabras de los miembros de la tripulación! El clima es duro y agitado en esta región montañosa cubierta por selvas inhóspitas y, en parte, sumergida. El Beagle lo experimentará amargamente al surcar las costas de las numerosas islas de Tierra del Fuego. Una serie de tempestades azota el buque. Una de ellas los obliga a atracar a toda prisa en el pequeño puerto de Wigwam Cove cerca del Cabo de Hornos, y a pasar la navidad allí. A mediados de enero del año 1833, FitzRoy, que se dedicó personalmente a educar ‘a la inglesa’ a los tres fueguinos de la tripulación, decide ponerlos a dirigir una misión a orillas del Estrecho de Ponsonby. Allá, los ingleses construyen viviendas rudimentarias, aran y siembran dos huertas. Unos días después, al regresar de una excursión por la región, constatan que el lugar ha sido saqueado. A los antiguos rehenes les cuesta evitar el desenfreno de sus compañeros. Parece que FitzRoy no va a ganar su apuesta… ¿Conseguirán los tres fueguinos anglicanizados traer una pizca de civilización occidental a esta remota tierra? El veredicto caerá en invierno de 1834 cuando el Beagle volverá a pasar por Tierra del Fuego. Pero por ahora, el buque navega hacia el este, mar adentro, rumbo a las Islas Malvinas.
El 1 de marzo, el buque echa anclas en el Puerto San Luis. En esa época estas islas desoladas están bajo dominación inglesa. La tripulación descubre con asombro que el oficial está a la cabeza de una población cuya mitad se compone, por lo menos, de rebeldes y asesinos. Sin embargo, la isla es mucho más acogedora que Tierra del Fuego: animales, peces y hortalizas europeas conforman una abundante despensa. Durante las incursiones de Darwin por el interior de las tierras, le intrigan ciertas diferencias entre las especies de Malvinas y las observadas en el continente suramericano... La comparación minuciosa de las plantas, animales y fósiles recolectados durante el viaje le proporcionará ulteriormente abundante información sobre la manera en que las especies similares se adaptan a ambientes diferentes. En marzo, una goleta llamada Unicorn llega al puerto. FitzRoy la compra y la vuelve a bautizar Adventure, con el fin de usarla como nave de apoyo al Beagle para realizar relevamientos cartográficos. No notificará esta compra a sus superiores que permanecen en Inglaterra, error que luego habrá de pagar...
El 6 de abril, el Beagle parte rumbo a la costa este de Suramérica. El 26 de abril, regresa a Montevideo, puerto del que zarpó hace cinco meses.
Etapa 6
Del 26 de abril al 6 de diciembre de 1833
La acogida será más que sorprendente. Para contener la inquietud palpable de los indígenas, los exploradores les regalan pedazos de tela color rojo-escarlata, que en el acto se atan al cuello. El ambiente se calma. En señal de amistad, un anciano con un tocado de plumas y el rostro extrañamente pintarrajeado acaricia el pecho de Darwin, haciendo ruidos extraños como cloqueos. Pero los habitantes del lugar están desconcertados por estos hombres de piel blanca y larga barba. Además, algunos de ellos incitan a uno de los antiguos rehenes a afeitarse. Este último ha olvidado casi completamente su lengua materna y se avergüenza bastante del comportamiento de sus congéneres. Cabe decir que están muy lejos de las buenas costumbres que se les inculcaron en Inglaterra. ¡Sólo un fino abrigo de piel de guanaco, especie de llama suramericana, cubre apenas sus cuerpos desnudos! El asombro aumenta aún más cuando algunos miembros de la tripulación se echan a bailar y a cantar. La sorpresa no tarda en convertirse en terror cuando los indígenas advierten las armas de fuego que parecen conocer. ¡Sorprendentemente, los ‘salvajes’ imitan perfectamente los ademanes e incluso algunas palabras de los miembros de la tripulación! El clima es duro y agitado en esta región montañosa cubierta por selvas inhóspitas y, en parte, sumergida. El Beagle lo experimentará amargamente al surcar las costas de las numerosas islas de Tierra del Fuego. Una serie de tempestades azota el buque. Una de ellas los obliga a atracar a toda prisa en el pequeño puerto de Wigwam Cove cerca del Cabo de Hornos, y a pasar la navidad allí. A mediados de enero del año 1833, FitzRoy, que se dedicó personalmente a educar ‘a la inglesa’ a los tres fueguinos de la tripulación, decide ponerlos a dirigir una misión a orillas del Estrecho de Ponsonby. Allá, los ingleses construyen viviendas rudimentarias, aran y siembran dos huertas. Unos días después, al regresar de una excursión por la región, constatan que el lugar ha sido saqueado. A los antiguos rehenes les cuesta evitar el desenfreno de sus compañeros. Parece que FitzRoy no va a ganar su apuesta… ¿Conseguirán los tres fueguinos anglicanizados traer una pizca de civilización occidental a esta remota tierra? El veredicto caerá en invierno de 1834 cuando el Beagle volverá a pasar por Tierra del Fuego. Pero por ahora, el buque navega hacia el este, mar adentro, rumbo a las Islas Malvinas.
El 1 de marzo, el buque echa anclas en el Puerto San Luis. En esa época estas islas desoladas están bajo dominación inglesa. La tripulación descubre con asombro que el oficial está a la cabeza de una población cuya mitad se compone, por lo menos, de rebeldes y asesinos. Sin embargo, la isla es mucho más acogedora que Tierra del Fuego: animales, peces y hortalizas europeas conforman una abundante despensa. Durante las incursiones de Darwin por el interior de las tierras, le intrigan ciertas diferencias entre las especies de Malvinas y las observadas en el continente suramericano... La comparación minuciosa de las plantas, animales y fósiles recolectados durante el viaje le proporcionará ulteriormente abundante información sobre la manera en que las especies similares se adaptan a ambientes diferentes. En marzo, una goleta llamada Unicorn llega al puerto. FitzRoy la compra y la vuelve a bautizar Adventure, con el fin de usarla como nave de apoyo al Beagle para realizar relevamientos cartográficos. No notificará esta compra a sus superiores que permanecen en Inglaterra, error que luego habrá de pagar...
El 6 de abril, el Beagle parte rumbo a la costa este de Suramérica. El 26 de abril, regresa a Montevideo, puerto del que zarpó hace cinco meses.
Etapa 6
Del 26 de abril al 6 de diciembre de 1833
El 26 de abril, después de varios meses de aventura entre Tierra del Fuego y las Islas Malvinas, el Beagle llega a Montevideo. Para Darwin, es el principio de una larga serie de excursiones terrestres, llenas de descubrimientos y peripecias. Primer destino: el pueblo de Maldonado, cerca del cual, la víspera, se asesinó a un viajante de Montevideo... A pesar de eso, Charles se queda varias semanas en este lugar poblado por manadas de ñandúes. Recoge numerosas especies de aves y reptiles así como varios cuadrúpedos para su colección. A algunas millas del pueblo, se interesa por tubos vitrificados y silíceos que se forman al contacto de los rayos y de la arena. Al estudiar su tamaño y su número, nuestro naturalista llega a la conclusión de que son el resultado de una poderosa descarga eléctrica cuya chispa se dividió en dos antes de alcanzar el suelo.
La diferencia cultural con la población es sorprendente como lo demuestra la sorpresa de algunos nativos al ver la brújula de Darwin. ¿Cómo un hombre que no conoce la región puede indicar el camino para ir a tal o cual lugar? Estos autóctonos, que confunden Inglaterra con América del Norte, le hacen una multitud de preguntas, como por ejemplo: ¿es el Sol o la Tierra que se mueve? ¿Hace más calor o más frío en el norte? ¿Dónde queda España? ¡Están fascinados por este inglés educado que puede producir fuego frotando un fósforo sobre sus dientes!
A fines de julio, Darwin envía a Inglaterra un tercer lote de especímenes que contiene 80 aves, 20 cuadrúpedos, numerosas pieles y plantas, muestras geológicas y de peces. Para llevar a cabo esta colección que cobra cada vez más importancia, recluta a un miembro de la tripulación, Syms Covington, para ayudarle… Por supuesto, ¡con la aprobación del único maestro a bordo, el capitán FitzRoy! Esta colaboración con Covington durará hasta 1839, después de terminar la expedición. A principios de agosto, Darwin sale a explorar las orillas del Río Negro con unos gauchos. Así, Charles descubre la vida de estos ‘jinetes-campesinos’ y disfruta de la sensación de libertad total de este estilo de vida. Pero también es una vida peligrosa. Frecuentemente, las granjas se ven atacadas por tribus de indios muy agresivos. Para defenderse, el gobierno levantó un ejército bajo el mando del despótico general Rosas, que Darwin conocerá a mediados de agosto al llegar a las orillas del río Colorado. Pero le choca muchísimo la brutalidad de los soldados que no vacilan en exterminar a las mujeres indias ni en tomar a sus niños como esclavos. En efecto, en ese momento ocurre una verdadera guerra de exterminación en el país. Como todos los blancos, nuestro naturalista es una víctima potencial para los indios rebeldes, y por eso actúa siempre con mucha prudencia durante sus excursiones.
Durante una de ellas, Charles se asombra de que los animales logren sobrevivir en el agua salobre, fangosa y fétida de los lagos salados de la región. Eso prueba que existen seres organizados que son capaces de adaptarse y prosperar en los ambientes más hostiles.
La inestabilidad política alcanza su paroxismo en esta región gangrenada por la corrupción. En octubre, Darwin queda bloqueado en Buenos Aires durante dos semanas a causa de la rebelión rosista contra el poder establecido. Pero esto no le impide trabajar. Durante este viaje de más de siete meses, afrontando la sequía y la sed, el naturalista observa numerosos animales: armadillos, ñandúes, serpientes, aves zancudas, lagartos, peces, aves pico tijera, vizcachas, papagayos, perdices, bueyes, búhos, cisnes con cuello negro, batracios y pumas de los que probará la carne. Darwin también observa la flora muy atentamente. Se sorprenderá por la cantidad de cardos europeos que han invadido realmente ciertas regiones y por la existencia de verdaderos e impenetrables campos de cardos gigantes. Su interés por las osamentas de animales prehistóricos también estará colmado: cabezas de Mylodon y Toxodon, inmensos esqueletos de mastodontes extinguidos, caparazón de un animal gigantesco que se parece increíblemente al armadillo actual, diente de un caballo fósil, etc. Además de los restos de mamíferos extinguidos que Darwin ha descubierto en Punta Alta, todas esas osamentas lo hacen cuestionarse sobre el dogma religioso según el cual las especies no evolucionaron desde que Dios las creó.
El 6 de diciembre, el Beagle zarpa definitivamente de Montevideo. El viento lo lleva hasta la punta sur del continente, antes de pasar al Pacífico.
Etapa 7
Del 6 de diciembre de 1833 al 10 de junio de 1834
El 6 de diciembre, el Beagle sale definitivamente de Montevideo. Una noche, frente a la costa este de Suramérica, el buque se encuentra rodeado por una nube impresionante de mariposas que se extiende hasta el horizonte. Los marineros gritan que ‘nievan mariposas’. Darwin busca una explicación a su presencia tan lejos de la costa: ¿han sido llevadas por el viento?, ¿se trata de una gran migración? Pero no hallará respuesta.
El 23 de diciembre, el buque echa anclas en Puerto Deseado, Argentina. La aridez del lugar limita de manera drástica la diversidad de la fauna y flora. Sólo algunos cactus, matorrales espinosos, guanacos, escarabajos, lagartos y aves, parecen vivir en estas tierras salvajes. Caminando por esta región, Darwin descubre una antigua tumba india. El 9 de enero, el velero hace escala en el lindo y gran puerto de San Julián, ubicado a menos de 200 kilómetros al sur de Puerto Deseado. Pero los alrededores parecen aún más estériles. Nuestro naturalista, el capitán FitzRoy y algunos miembros de la tripulación salen a explorar las cercanías. Caminarán durante once horas sin encontrar ni una gota de agua dulce. No la encontrarán tampoco durante toda su estadía. Cerca del puerto, Darwin encuentra un esqueleto de Macrauchenia patachonica, paquidermo extinguido cuyos huesos del cuello se parecen a los de la llama. Charles se pregunta por qué se extinguieron todas las especies cuyos huesos encontró desde el principio de su viaje. Destrucción por el hombre, competencia entre especies, extinción natural, etc. Darwin se plantea varias hipótesis.
A fines de febrero, el Beagle llega a la altura de Tierra del Fuego, en la punta sur del continente. Es la hora de la verdad para el capitán FitzRoy: ¿los tres autóctonos a los cuales les dio una educación en Inglaterra lograron dirigir la misión del año anterior y ‘civilizar’ a sus semejantes? El 5 de marzo, el buque echa anclas en Woollya. La misión está vacía, parece que hubo una batalla… Un fueguino casi desnudo llega en un pequeño bote. Es Jemmy Button, uno de los tres autóctonos anglicanizados. Volvió totalmente a la vida salvaje y se muestra bastante avergonzado ante los miembros de la tripulación. Les informa que los otros dos fueguinos educados por FitzRoy huyeron robando sus objetos personales. El capitán perdió su apuesta. Su único consuelo es que Jemmy ha enseñado algunas palabras de inglés a su tribu. Pero no quiere volver a Inglaterra porque ahora tiene una preciosa mujer a su lado. La despedida es emocionante…
El 16 de marzo, el Beagle se detiene en el estrecho de Berkeley, en la isla oriental de las Malvinas. Frío, vientos y tormentas de nieve acompañan las excursiones de Darwin por las tierras húmedas pobladas de gansos salvajes, patos patosos, pingüinos borricos, zorros, conejos y algunas aves. Dos especies recién introducidas despiertan la curiosidad del naturalista: bovinos y caballos. Mientras que los primeros parecen perfectamente adaptados a su nuevo ambiente, los segundos quedan restringidos extrañamente a una parte de la isla y parecen degenerar. A Charles también le llama la atención la presencia de miles de grandes fragmentos angulosos de roca que forman verdaderos ‘ríos de piedra’, testimonios de un colosal y antiguo terremoto. Sin embargo, no hay ninguna huella de tal terremoto en los registros históricos…
El 13 de abril, el Beagle llega a la desembocadura del río Santa Cruz, en la costa argentina. El 18, Darwin, FitzRoy y una veintena de miembros de la tripulación salen a explorar el río misterioso a bordo de tres balleneros. ¡Pero la corriente es tan fuerte que los hombres tienen que desembarcar rápidamente para remolcar las embarcaciones con cordajes! Los aventureros avanzan muy lentamente, con gran cansancio, bajo la mirada aguda de los cóndores que planean por encima de ellos. Y para colmo, ciertas huellas de caballos y lanzas indican que algunos indios los siguen... A pesar de todo, nuestro joven naturalista se apasiona por el estudio de las estructuras geológicas que lo rodean. Sus observaciones lo convencen de que los acantilados que bordean el río y la propia Cordillera de los Andes son el resultado de un lento movimiento de elevación desde el nivel del mar. El 4 de mayo, los víveres escasean y el río Santa Cruz se vuelve más rápido y tortuoso. FitzRoy decide dar media vuelta, renunciando al objetivo de alcanzar las montañas andinas que ya enfrían mucho el aire. Tardan diecisiete días para subir, ¡y sólo tres días para bajar!
Durante la segunda quincena de mayo, el velero llega a la desembocadura oriental del estrecho de Magallanes, paso entre el Atlántico y el Pacífico sur. El buque hace escala en Puerto del Hambre el 1 de junio, a principios del invierno. Las selvas oscuras y húmedas cubren las laderas de las montañas coronadas de glaciares. En la mañana del 10 de junio, después de una noche muy oscura de catorce horas, el Beagle llega al Pacífico.
Etapa 8
Del 10 de junio de 1834 al 4 de febrero de 1835
El 10 de
junio por la mañana, el Beagle se lanza al Pacífico. Tras haberse parado en las islas Chiloé azotadas por
la lluvia, el buque se dirige hacia la ciudad chilena de Valparaíso, a donde
llega el 23 de julio. Los exploradores se quedarán casi tres meses y medio en
esta parte de la costa de Chile. Allí, las numerosas expediciones que llevarán
a cabo al pie de los Andes maravillarán a Darwin.
Al norte del puerto de Valparaíso, observa grandes capas de restos de caracoles situadas a algunos metros sobre el nivel del mar. A nuestro naturalista le parece obvio que toda esta línea de costa ha sido levantada. Asimismo, nota que se excavaron numerosas minas, como consecuencia de la fiebre del oro que se propaga en todo el país. En Jajuel y en Yaquil, encuentra mineros pálidos, que pasan todo el día en estos subsuelos ricos en minerales. ¡En este contexto de pobreza extrema, Darwin encuentra a un anciano que no entiende por qué Inglaterra envía a un hombre a Chile sólo para perseguir lagartos y escarabajos y romper piedras! La vegetación del país es escasa: palmeras feas, plantas parecidas a cactus, huertas y acacias desmedradas. La fauna tampoco abunda. Sin embargo, a Darwin le divertirán algunos pájaros tales como el Tapaculo que muestra su trasero, el ridículo Turco con sus gritos ensordecedores y un colibrí muy rápido. En cambio, los pumas son mucho menos divertidos. Incluso uno de ellos matará a dos hombres y a una mujer durante su estadía en esas comarcas chilenas.
A fines de septiembre, Darwin se enferma. Por la fiebre, debe guardar cama en Valparaíso hasta fines del mes siguiente. Aun así, consigue mandar un lote de especímenes a Inglaterra. Tras haberse recuperado, se entera de que el capitán FitzRoy padeció una depresión. Quedó agotado por el exceso de trabajo y la reprobación del Almirantazgo debido a la adquisición del Adventure, barco de refuerzo que FitzRoy había comprado sin avisar a sus superiores. ¡Hasta le ordenó a uno de sus lugartenientes que lo sustituyera como capitán del Beagle, acabara el mapeo de las costas sureñas, se dirigiera hacia el Cabo de Hornos y regresara directamente a Inglaterra! Afortunadamente, el lugarteniente rehusó ejecutar la orden. De no ser así, la teoría de la selección natural quizás nunca hubiera nacido… Finalmente, el capitán se recupera y el velero sale de Valparaíso el 10 de noviembre para regresar a las Islas Chiloé.
El 21 de noviembre, el velero echa anclas en la bahía de San Carlos, capital de las Islas Chiloé. Éstas, azotadas por la tormenta, están cubiertas por selvas pantanosas y a menudo impenetrables. Unos días después, el volcán Osorno se pone a escupir torrentes de fuego… Darwin se encuentra con indios isleños muy pobres, algunos convertidos al cristianismo. No obstante, se murmura que éstos siguen practicando ceremonias extrañas dentro de cavernas en las cuales conversarían con el diablo. El joven naturalista observa la fauna y la flora de las diferentes islas del archipiélago. Descubre una especie de enorme ruibarbo agreste, laureles odoríferos, cedros rojos, pinos alerce, hayas meridionales desmedradas y un zorro, aparentemente, nativo. A mediados de diciembre, el buque penetra en el archipiélago de Chonos, al sur de las Islas Chiloé. Durante una espléndida excursión, encuentra huellas que prueban la existencia de seres humanos en esta comarca deshabitada. Descubrirá la razón unos días más tarde. Los exploradores se encuentran cara a cara con marineros que han abandonado un ballenero americano. ¡Llevan errando quince meses en la costa sin saber donde están! La tripulación les acoge a bordo del Beagle salvándolos de una muerte segura.
Una enésima tormenta marcará, como era de esperar, el nuevo año 1835. El pésimo tiempo no impide al valiente naturalista multiplicar las observaciones detalladas: manadas de focas fétidas, buitres listos para comer los cadáveres, cisnes de cuello negro, cormoranes, charranes , gaviotas, nutrias y castores, pájaros labradores, muchos petreles, campos de fucsias, etc.
El 18 de enero, el velero vuelve a la bahía de San Carlos, en las Islas Chiloé. Al día siguiente, ¡Darwin asiste a la erupción del Osorno! Descubrirá después que varios volcanes de esta parte de América Latina entrarán en erupción el mismo día, llevándole a interrogarse sobre la existencia de una comunicación subterránea. El 4 de febrero, los exploradores se dirigen hacia Valdivia, en la costa chilena, donde se enfrentan a… un terremoto.
Al norte del puerto de Valparaíso, observa grandes capas de restos de caracoles situadas a algunos metros sobre el nivel del mar. A nuestro naturalista le parece obvio que toda esta línea de costa ha sido levantada. Asimismo, nota que se excavaron numerosas minas, como consecuencia de la fiebre del oro que se propaga en todo el país. En Jajuel y en Yaquil, encuentra mineros pálidos, que pasan todo el día en estos subsuelos ricos en minerales. ¡En este contexto de pobreza extrema, Darwin encuentra a un anciano que no entiende por qué Inglaterra envía a un hombre a Chile sólo para perseguir lagartos y escarabajos y romper piedras! La vegetación del país es escasa: palmeras feas, plantas parecidas a cactus, huertas y acacias desmedradas. La fauna tampoco abunda. Sin embargo, a Darwin le divertirán algunos pájaros tales como el Tapaculo que muestra su trasero, el ridículo Turco con sus gritos ensordecedores y un colibrí muy rápido. En cambio, los pumas son mucho menos divertidos. Incluso uno de ellos matará a dos hombres y a una mujer durante su estadía en esas comarcas chilenas.
A fines de septiembre, Darwin se enferma. Por la fiebre, debe guardar cama en Valparaíso hasta fines del mes siguiente. Aun así, consigue mandar un lote de especímenes a Inglaterra. Tras haberse recuperado, se entera de que el capitán FitzRoy padeció una depresión. Quedó agotado por el exceso de trabajo y la reprobación del Almirantazgo debido a la adquisición del Adventure, barco de refuerzo que FitzRoy había comprado sin avisar a sus superiores. ¡Hasta le ordenó a uno de sus lugartenientes que lo sustituyera como capitán del Beagle, acabara el mapeo de las costas sureñas, se dirigiera hacia el Cabo de Hornos y regresara directamente a Inglaterra! Afortunadamente, el lugarteniente rehusó ejecutar la orden. De no ser así, la teoría de la selección natural quizás nunca hubiera nacido… Finalmente, el capitán se recupera y el velero sale de Valparaíso el 10 de noviembre para regresar a las Islas Chiloé.
El 21 de noviembre, el velero echa anclas en la bahía de San Carlos, capital de las Islas Chiloé. Éstas, azotadas por la tormenta, están cubiertas por selvas pantanosas y a menudo impenetrables. Unos días después, el volcán Osorno se pone a escupir torrentes de fuego… Darwin se encuentra con indios isleños muy pobres, algunos convertidos al cristianismo. No obstante, se murmura que éstos siguen practicando ceremonias extrañas dentro de cavernas en las cuales conversarían con el diablo. El joven naturalista observa la fauna y la flora de las diferentes islas del archipiélago. Descubre una especie de enorme ruibarbo agreste, laureles odoríferos, cedros rojos, pinos alerce, hayas meridionales desmedradas y un zorro, aparentemente, nativo. A mediados de diciembre, el buque penetra en el archipiélago de Chonos, al sur de las Islas Chiloé. Durante una espléndida excursión, encuentra huellas que prueban la existencia de seres humanos en esta comarca deshabitada. Descubrirá la razón unos días más tarde. Los exploradores se encuentran cara a cara con marineros que han abandonado un ballenero americano. ¡Llevan errando quince meses en la costa sin saber donde están! La tripulación les acoge a bordo del Beagle salvándolos de una muerte segura.
Una enésima tormenta marcará, como era de esperar, el nuevo año 1835. El pésimo tiempo no impide al valiente naturalista multiplicar las observaciones detalladas: manadas de focas fétidas, buitres listos para comer los cadáveres, cisnes de cuello negro, cormoranes, charranes , gaviotas, nutrias y castores, pájaros labradores, muchos petreles, campos de fucsias, etc.
El 18 de enero, el velero vuelve a la bahía de San Carlos, en las Islas Chiloé. Al día siguiente, ¡Darwin asiste a la erupción del Osorno! Descubrirá después que varios volcanes de esta parte de América Latina entrarán en erupción el mismo día, llevándole a interrogarse sobre la existencia de una comunicación subterránea. El 4 de febrero, los exploradores se dirigen hacia Valdivia, en la costa chilena, donde se enfrentan a… un terremoto.
Etapa 9
Del 4 de febrero al 7 de septiembre de 1835
El 4 de febrero de 1835, el Beagle sale de las islas Chiloé y cuatro días después, llega a Valdivia, en la costa chilena. El 20 a las 11:30 h de la mañana, un repentino y violento terremoto sacude a la ciudad. Las casas de madera tambalean fuertemente, el nivel del mar sube como si hubiera una gran marea y los habitantes, aterrorizados, se precipitan hacia las calles. La mayor parte del seísmo sólo dura dos minutos, pero los daños son considerables. En los alrededores, la situación no es mejor. Una inmensa ola destruyó casi totalmente la ciudad de Talcahuano, las casas de Concepción están en ruinas, la costa entera está cubierta por vigas y muebles, los peñascos quedan destrozados, las tierras levantadas… y se lamentan muchos muertos.
El acontecimiento le ofrece a Darwin un tema de estudio inesperado. En efecto, observa fragmentos de roca cubiertos de restos marinos que el temblor desplazó muy lejos de la costa. Relacionando este fenómeno con el de la presencia de los caracoles que observó a gran altitud en la Cordillera de los Andes, Darwin comprueba con certeza que estas montañas provienen tanto de una gran elevación del suelo provocada por sucesivos sismos del mismo tipo, como de un levantamiento imperceptible y muy lento. Al enterarse de que algunos volcanes entraron en erupción durante el sismo y que la isla de Juan Fernández, ubicada a 576 kilómetros, también tembló violentamente, el naturalista emite de nuevo la hipótesis de una comunicación subterránea.
El 11 de marzo, el velero echa anclas en Valparaíso, en la costa chilena. Charles aprovecha la ocasión para multiplicar las excursiones en los Andes. El oxígeno cada vez más escaso y el viento glacial dificultan la ascensión de esos picos cubiertos de nieves perpetuas. Pero Darwin olvida rápidamente este mal de alturas cuando descubre la presencia de conchas fósiles a gran altitud, ya que son nuevas pruebas del origen marino de la Cordillera. Existe una prueba aún más convincente: ¡la presencia de residuos de lavas submarinas a más de 2 000 metros de altitud! También le sorprende la diferencia de la fauna y de la flora entre las vertientes montañosas del Pacífico y del Atlántico. En efecto, esta barrera natural parece haber generado el desarrollo de especies muy diferentes en las dos vertientes.
El 27 de abril, Darwin empieza una segunda serie de excursiones hacia el norte, desde la pintoresca ciudad de Valparaíso a donde no volverá. Oro, plata, cobre, etc., en la región abundan minas cavadas por los mineros chilenos que son verdaderas ‘bestias de carga’. Se sospecha a veces que durante sus estudios geológicos, Darwin busca metales preciosos. El país está muy afectado por la sequía y la mayor parte de las tierras son desérticas y estériles. Los escasos árboles y matorrales de la región central de Chile son sustituidos poco a poco por plantas muy grandes parecidas a la yuca y los cactos candelabros son reemplazados por unos más pequeños.
A principios de julio, Charles alcanza el Beagle al pie del valle de Copiapo. El 12, la tripulación ancla en el miserable y desértico puerto de Iquique en los alrededores del cual Darwin visita una explotación de salitre. Siete días después, el buque llega a Callao, el puerto de Lima, capital de Perú. Una revolución está sacudiendo el país donde reina una verdadera anarquía política. En efecto, en este periodo, no menos de cuatro partidos armados se disputan el poder. En este contexto, está prohibido adentrarse en el país, por lo cual el naturalista no puede explorar la región y debe cambiar su programa. Envía un lote de especímenes a Inglaterra y visita la ciudad y sus alrededores. Descubre las ruinas de un antiguo pueblo indio. Los restos de las casas, colinas sepulcrales, sistemas de irrigación, cerámicas, telas, joyas y herramientas testimonian la existencia de una civilización avanzada y suscitan su admiración.
El 7 de septiembre, el Beagle deja el puerto de Callao, en dirección del oeste rumbo al archipiélago de las Galápagos. Darwin todavía no lo sabe, pero esta próxima etapa se revelará decisiva para la futura elaboración de su teoría de la selección natural. Pero por ahora, ¡la idea de descubrir estas fascinantes islas del Pacífico lo entusiasma mucho!
Etapa 10
Del 15 de septiembre al 20 de octubre de 1835
El 15 de septiembre, el Beagle divisa las islas Galápagos. Durante un poco más de un mes, los exploradores van a descubrir este archipiélago ecuatorial del Pacífico compuesto por una decena de islas volcánicas cubiertas por millares de cráteres.
El 17, el Beagle atraca en la isla Chatham bajo un calor sofocante. El suelo está constituido por un río de lava basáltica negra rugosa y a veces salpicada por pequeños conos de origen volcánico. A primera vista, sólo escasos arbolillos desmedrados, grandes cactus con formas extrañas, hierbas enfermizas y algunas acacias pueden crecer allí. Sin embargo, en la isla existe vida animal. En efecto, Darwin está intrigado por la existencia de verdaderas rutas que parecen haber sido trazadas por algún animal en busca de una fuente de agua. ¡Al encontrarse cara a cara con dos tortugas inmensas, entiende rápidamente cómo se formaron! Estas tortugas, verdaderos emblemas de las islas Galápagos, son muy numerosas y pueden brindar hasta 100 kilos de carne comestible. Por eso, ¡se requieren a veces entre 6 y 8 hombres para levantar estos animales! Por su parte, Charles intentará, sin éxito, y repetidas veces, mantenerse en equilibrio sobre sus lomos…
El 23, los exploradores acuden a la Isla Santa María , colonizada desde hace seis años por algunas centenas de hombres negros, desterrados de la República del Ecuador por crímenes políticos. Como sus homólogas, la isla se caracteriza por algunos arbolillos en la costa, sustituidos por bosques más verdosos y luego por una linda vegetación de hierbas comunes y de helechos en su cumbre. Aunque existen cerdos y cabras salvajes en los bosques, las tortugas gigantes constituyen el alimento principal de los isleños. Cultivos de papa y banana completan este plato apreciado. Darwin encuentra a un hombre que le asegura que puede saber de qué isla proviene una tortuga, sólo observándola. En ese momento, no presta mucha atención a ese comentario.
El 29, el buque llega a la costa de la Isla Isabela cubierta de lava solidificada y poblada por grandes lagartos negros acuáticos. Éstos, que pueden medir hasta cuatro pies de longitud, son los únicos lagartos del mundo capaces de alimentarse de plantas acuáticas. Otra particularidad de estos animales es que resultarán más grandes en la isla que en otro lugar… Darwin estudia también numerosos lagartos repugnantes de color castaño amarillento, muy lentos, ¡y que pueden pesar hasta 15 libras! Esta especie terrestre se alimenta de bayas, hojas de acacias y sobre todo de cactus… El 8 de octubre, Darwin y algunos hombres desembarcan en la Isla San Salvador donde se encuentran con un pequeño grupo de españoles. Éstos pescan, secan el pescado y también salan tortugas. Durante esta escala, el naturalista solo se alimenta de la carne de este reptil. En esta isla, también poblada por lagartos de color castaño amarillento que generan tantos hoyos en el suelo que dificultan la fijación de las tiendas de campaña, la temperatura supera 40°C. En esta costa abrasadora solo logran desarrollarse arbolillos sin hojas. Más en altitud, el aire es menos sofocante y la vegetación más acogedora; incluso hay algunas praderas. Allí como en todas las otras islas del archipiélago, las partes altas, más cerca de las nubes, son más húmedas y fértiles que las partes bajas.
Así, en un poco más de un mes, Charles recolecta no menos de 193 especies de plantas, 26 de aves terrestres, 17 de caracoles, 15 de peces marinos, 11 de aves zancudas y acuáticas, reptiles, insectos, etc. Pero detrás de estas cifras impresionantes se esconde una realidad mucho más sorprendente todavía: muchas de estas especies son únicas en el mundo. Más increíble todavía, algunas de estas existen en una isla del archipiélago y no en las otras. De esta forma, cada isla parece haber generado especies que se adaptaron específicamente a su medio ambiente. El ejemplo de los pinzones es muy revelador: estas aves que tienen impresionantes similitudes morfológicas se diferencian en varios detalles como la forma y el tamaño de su pico. Darwin comprenderá que el aislamiento de estas aves en las islas ha generado variaciones probablemente ligadas a diferentes modos de vida y costumbres alimentarias aunque provengan de una única población de origen continental. Este descubrimiento, entre otros, contribuirá a elaborar su teoría de la selección natural y a evidenciar el mecanismo por el cual las especies evolucionan adaptándose a su medio ambiente.
Pero hoy es el 20 de octubre de 1835 y el Beagle zarpa con rumbo a Tahití.
Etapa 11
Del 15 de noviembre de 1835 al 14 de marzo de 1836
Del 15 de noviembre de 1835 al 14 de marzo de 1836
Después de una travesía de más de 5 000 kilómetros desde las Islas Galápagos, el Beagle llega a Tahití el 15 de noviembre de 1835. En la costa abundan cocoteros, bananeros, naranjos, árboles de pan y otros cultivos. En tierra, una multitud de gente recibe con alegría y entusiasmo a los exploradores. De entrada, Darwin cae bajo el encanto de este pueblo. Acompañado por guías tahitianos, el naturalista inicia la exploración del interior de la isla que se caracteriza por montañas boscosas llenas de precipicios, barrancos impresionantes y cascadas imponentes. Abundan las plantas salvajes tropicales. Así, descubre el ava, planta embriagadora que los misioneros han erradicado de las áreas habitadas así como han prohibido la venta de alcohol.
Después de una breve parada en Papeete a fines de noviembre, durante la cual se recibe a bordo del Beagle a la reina de Tahití, la tripulación echa anclas el 21 de diciembre en Nueva-Zelanda. El ambiente es muy tranquilo en los pequeños pueblos costeros y la acogida resulta muy distinta de la de los tahitianos. Darwin descubre algunos ‘nuevos zelandeses’ belicosos, sucios y apestosos y mucho menos civilizados que los tahitianos… Afortunadamente, ¡el canibalismo parece estar en vías de extinción!
El interior del país está poco desbrozado y es casi imposible adentrarse en las tierras. Como si fuera poco, el joven Charles añora Inglaterra. Así que se siente aliviado al irse de esta comarca a fines de diciembre. El 12 de enero de 1836, el buque atraca en Sídney. Darwin está subyugado por la capital australiana. Tiene calles largas y limpias, casas amplias, tiendas con mucha mercadería y carreteras de macadán: se parece a los arrabales de Londres. Para él, esta colonia es una prueba del poder inglés… Pero en Nueva Gales del Sur, no todo es de color de rosa. La población está compuesta en parte por ex presidiarios que fueron llevados de Inglaterra. La carrera por el dinero parece ser la única razón de vivir y las enfermedades y los licores europeos diezman a los indígenas. La llegada de los colonos ingleses resulta fatal para la fauna local que constituye la principal fuente de alimentación de los indígenas. Depredados por los galgos, los animales de caza como el emú y el canguro no abundan. Sin embargo, el naturalista observa espléndidos papagayos, blancas cacatúas y extraños ornitorrincos.
El 5 de febrero, el velero llega a Hobart Town en Tasmania, un trozo de tierra aislado en el sur de Australia. Allí florece la agricultura gracias a la humedad. Al pie del Monte Wellington se extienden prósperos cultivos de trigo y papa, jardines llenos de hortalizas y árboles frutales, y abundantes pastos. La otra particularidad es que todos los indígenas de la región han sido deportados a otra isla. El 6 de marzo, el Beagle echa anclas en el estrecho del Rey Jorge, al suroeste de Australia. El país es sólo una inmensa llanura arbolada entrecortada por colinas de granito totalmente desnudas. Los exploradores deciden quedarse muy poco tiempo allí.
El 14 de marzo, ponen rumbo a las Islas Cocos, perdidas en el Océano Índico.
Etapa 12
Del 1 de abril al 9 de mayo de 1836
Del 1 de abril al 9 de mayo de 1836
El 1 de abril de 1836, el Beagle se acerca a las islas Cocos, en el Océano Indico, cuyo nombre se refiere a los bosques de cocoteros que constituyen el principal recurso de estos atolones poblados por malayos y algunos ingleses. El resto de la isla está constituido por una vegetación bastante densa pero que presenta un número muy limitado de especies. Algunas de ellas, tales como el árbol de jabón y el ricino, provienen de Java y Sumatra. A Darwin le impresionan estas semillas que lograron germinar después de haber recorrido distancias probablemente superiores a 4 000 kilómetros. En cuanto a la fauna, la lista de los animales terrestres es aún más limitada que la de las plantas. Sin embargo, el naturalista registra una especie de rata originaria de la isla Mauricio, tortugas, algunas aves, cangrejos, un pequeño lagarto, trece especies de insectos y numerosas arañas. En cambio, el océano que rodea las islas esconde una vida abundante. Darwin observa magníficos peces de color azul-verdoso que solo se alimentan de corales, gigantescas conchas de Chamas y también numerosos zoófitos de colores y formas increíbles.
Pero lo que realmente apasiona al joven Charles es el origen de estas islas coralinas. Una pregunta lo atormenta más especialmente: ¿sobre qué sustrato viven los pólipos, animales que forman los arrecifes que constituyen los atolones? En efecto, al no poder vivir a grandes profundidades, estos animales marinos muy particulares necesitan obligatoriamente fijar sus construcciones sobre algún sustrato… A fuerza de observaciones, Darwin llegará a la conclusión de que los pólipos se desarrollan en tierras que antes estaban emergidas y que se hundieron probablemente de manera muy lenta bajo el nivel del mar. ¡Cada atolón sería, pues, un monumento erigido en una isla actualmente desaparecida! El tema le apasionará tanto que al volver a Inglaterra, publicará un libro totalmente dedicado a este proceso. Por ahora, está sencillamente subyugado por la lucha incesante entre la tierra y el agua cuyo testimonio es la formación de estos arrecifes coralinos.
El 12 de abril, los exploradores dejan las islas Cocos para llegar a la isla Mauricio el día 29. Desde el principio, Darwin cae bajo el encanto del armonioso paisaje. En primer plano, la llanura de los Pomelos está coloreada por inmensos campos de caña de azúcar verde brillante. Más en el interior de las tierras, unas bonitas nubes blancas se aferran a las cimas de las montañas boscosas y basálticas. En el centro, se eleva una meseta ovalada formada por ríos de lava y bordeada de cráteres. Sin embargo, Charles Darwin no encuentra en la isla Mauricio tanto encanto como en la de Tahití. Pasea también por la gran ciudad de Puerto Luis con calles limpias y regulares, una población indígena tranquila, librerías bien provistas e incluso un teatro precioso. Aun bajo dominación inglesa, la isla de Francia, como se la llamaba antes, sigue impregnada por la cultura francesa. A pesar de ser poco estimado por los residentes franceses, el gobierno inglés parece haber contribuido a la prosperidad del país.
Es el 9 de mayo y ha llegado la hora de partir: el Beagle zarpa de Puerto Luis y se dirige hacia el Cabo de Buena Esperanza, situado en la punta meridional de África del sur.
Etapa 13
Del 31 de mayo al 2 de octubre de 1836.
Del 31 de mayo al 2 de octubre de 1836.
Los exploradores
llegan el 31 de mayo de 1836 al Cabo de Buena Esperanza donde descubren un
paisaje deprimente. De hecho, en el pueblo de Bahía Simón sólo se encuentran
casas monótonas, muy pocos jardines y casi ningún árbol. Sin embargo, los
alrededores de Ciudad del Cabo son más acogedores e incluso la ciudad presenta
un estilo bien británico. Pero lo que más parece gustarle a Darwin durante esta
escala son sus conversaciones con Sir John Herschel, astrónomo y filósofo
inglés que vive en el Cabo. ¡Ambos están lejos de imaginar que un día, serán
enterrados, uno al lado del otro, en la abadía de Westminster, en Londres!
El 18 de junio, el Beagle zarpa hacia Santa Elena donde llega el 8 de julio. Esta isla perdida en medio del Atlántico Sur se erige abruptamente del océano, tal como un inmenso castillo negro. Charles se instala cerca de la tumba de Napoleón a partir de la cual explora los alrededores a pesar de los vientos violentos y de los frecuentes chaparrones. Sus observaciones le hacen pensar que esta isla volcánica, con picos montañosos que forman parte de un inmenso cráter cuyo lado meridional fue azotado por el mar, es geológicamente muy antigua. En la parte alta de la isla, el naturalista registra antiguas especies de caracoles terrestres. Según él, la extinción de éstas se debe a la introducción en la isla de cerdos y cabras que han destruido los bosques que les servían de hábitat. En las partes bajas de la isla, varias plantas importadas de Inglaterra también invadieron el ecosistema.
El 14 de julio, el buque pone rumbo al noroeste y ancla cinco días después en la desolada isla volcánica de Ascensión. A Darwin le interesan las ratas más pequeñas que tienen un pelaje diferente del de la rata común. Darwin piensa que se trata de especies introducidas que se volvieron salvajes y cuyas características cambiaron para adaptarse a las condiciones insulares. ¡He aquí una nueva prueba de la evolución después de sus hallazgos en las islas Galápagos! La geología de este lugar también despierta su curiosidad, en particular las ‘bombas volcánicas’, masas de lava que fueron proyectadas al aire y que se solidificaron en forma esférica. Pero su entusiasmo llega al paroxismo cuando recibe una carta de sus hermanas anunciándole que algunos de sus colegas quieren que participe en el areópago de los grandes científicos. Loco de alegría, Darwin se pone a escalar las montañas de la isla saltando y golpeando las rocas volcánicas con su martillo de geólogo. Para este joven naturalista, la Historia ya está en marcha…
El 23 de julio, el capitán FitzRoy decide regresar a Bahía para completar las observaciones cronométricas realizadas al principio del periplo. Esto desconcierta a ciertos miembros de la tripulación que están ahora muy deseosos de volver a Inglaterra, lo antes posible. Por el contrario, Darwin está contento de ver, por última vez, la belleza de la naturaleza tropical. La costa brasileña se alcanza el primer día de agosto. El 19, la tripulación inicia su regreso definitivo a Inglaterra que será entrecortado por dos muy breves escalas en los archipiélagos de Cabo Verde y de las Azores.
El 2 de octubre de 1836, el Beagle entra en el puerto inglés de Falmouth tras un periplo de cuatro años, nueve meses y cinco días.
El 18 de junio, el Beagle zarpa hacia Santa Elena donde llega el 8 de julio. Esta isla perdida en medio del Atlántico Sur se erige abruptamente del océano, tal como un inmenso castillo negro. Charles se instala cerca de la tumba de Napoleón a partir de la cual explora los alrededores a pesar de los vientos violentos y de los frecuentes chaparrones. Sus observaciones le hacen pensar que esta isla volcánica, con picos montañosos que forman parte de un inmenso cráter cuyo lado meridional fue azotado por el mar, es geológicamente muy antigua. En la parte alta de la isla, el naturalista registra antiguas especies de caracoles terrestres. Según él, la extinción de éstas se debe a la introducción en la isla de cerdos y cabras que han destruido los bosques que les servían de hábitat. En las partes bajas de la isla, varias plantas importadas de Inglaterra también invadieron el ecosistema.
El 14 de julio, el buque pone rumbo al noroeste y ancla cinco días después en la desolada isla volcánica de Ascensión. A Darwin le interesan las ratas más pequeñas que tienen un pelaje diferente del de la rata común. Darwin piensa que se trata de especies introducidas que se volvieron salvajes y cuyas características cambiaron para adaptarse a las condiciones insulares. ¡He aquí una nueva prueba de la evolución después de sus hallazgos en las islas Galápagos! La geología de este lugar también despierta su curiosidad, en particular las ‘bombas volcánicas’, masas de lava que fueron proyectadas al aire y que se solidificaron en forma esférica. Pero su entusiasmo llega al paroxismo cuando recibe una carta de sus hermanas anunciándole que algunos de sus colegas quieren que participe en el areópago de los grandes científicos. Loco de alegría, Darwin se pone a escalar las montañas de la isla saltando y golpeando las rocas volcánicas con su martillo de geólogo. Para este joven naturalista, la Historia ya está en marcha…
El 23 de julio, el capitán FitzRoy decide regresar a Bahía para completar las observaciones cronométricas realizadas al principio del periplo. Esto desconcierta a ciertos miembros de la tripulación que están ahora muy deseosos de volver a Inglaterra, lo antes posible. Por el contrario, Darwin está contento de ver, por última vez, la belleza de la naturaleza tropical. La costa brasileña se alcanza el primer día de agosto. El 19, la tripulación inicia su regreso definitivo a Inglaterra que será entrecortado por dos muy breves escalas en los archipiélagos de Cabo Verde y de las Azores.
El 2 de octubre de 1836, el Beagle entra en el puerto inglés de Falmouth tras un periplo de cuatro años, nueve meses y cinco días.
Etapa 14
Tras la vuelta del Beagle
Tras la vuelta del Beagle
Después de este excepcional viaje alrededor del mundo, Charles Darwin se instala en Londres y se casa el 29 de enero de 1839. Tendrá diez hijos con su esposa, Emma Wedgwood. Publica su diario de viaje, conocido como El viaje del Beagle que tendrá un éxito muy superior al del informe de la expedición escrito por el capitán FitzRoy. De hecho, FritzRoy le guardará cierto rencor.
Este éxito permite a Darwin acceder al puesto de secretario de la Geological Society. Como sufre de náuseas, vértigos, insomnio y debilidad crónicos, Darwin decide mudarse a un pequeño pueblo del condado de Kent en 1842. Nunca se descubrirá la causa de su enfermedad. Lleva una vida campestre y estudia de manera metódica el material que trajo de su periplo. Como solía hacerlo a bordo del Beagle, anota cada día sus observaciones en un pequeño cuaderno amarillo, ritual que conservará hasta su muerte, en 1882.
Aunque está convencido de la existencia de una selección natural desde su regreso en 1836, necesitará más de 20 años para organizar su trabajo. Durante el verano de 1858, un acontecimiento acelerará las cosas. En efecto, el naturalista Alfred Wallace le envía, para conocer su opinión, un proyecto de artículo en el que expone esencialmente las ideas que Darwin había formulado, desde hacía mucho tiempo, pero que no había publicado todavía. Este acontecimiento acelera la publicación de El origen de las especies en 1859, obra que obtiene un éxito inmediato. Al exponer el mecanismo por el cual las especies evolucionan adaptándose a su medio ambiente, esta obra pone en tela de juicio el dogma religioso de la Creación y provoca una fuerte polémica, que sigue generando, en la actualidad, debates animados en la sociedad.
“PENSAMIENTOS”
Ahora, se ven como las teorías de Darwin y su viaje
“Beagle”, mostraron algunos pensamientos, en ocasiones positivos y en otros
casos negativos, debido a sus conclusiones finales en ambos casos.
Pensamiento religioso:
La tradición religiosa
de la familia Darwin fue un irregular unitarismo, ya que su padre y su
abuelo eran librepensadores, y, al mismo tiempo,
subautismo y su formación
religiosa fueron anglicanas. En su época de
Cambridge, Darwin se planteó convertirse en un clérigo anglicano, sin albergar
ninguna duda sobre la verdad literal de la Biblia. Sin embargo, su
relación con John Herschel, así como con la
teología natural de William Paley, le hicieron adoptar un pensamiento
crítico que buscaba explicaciones más allá del milagro o la teleología de la creación divina.
En el viaje a bordo del HMS Beagle, Darwin aún buscaba "centros de
creación" que justificasen la distribución de las especies. Así, por
ejemplo, al ver hormigas león en poblaciones de canguros habló de "dos
momentos de creación distintos". Aún seguía siendo bastante ortodoxo y citaba regularmente
la Biblia como una autoridad moral.
A su retorno, sin
embargo, Darwin era mucho más crítico con el pensamiento creacionista, y se planteó por primera vez la posibilidad
de que otras religiones, o incluso todas
ellas, fuesen igualmente válidas. Los siguientes años, de intensa especulación
en torno a cuestiones geológicas y a la transmutación de las especies, hicieron
que se plantease muchas cuestiones relativas a la fe, y así lo discutía frecuentemente
con Emma, su mujer, quien apoyaba su fe en un estudio y un cuestionamiento
igualmente serios. La teodicea de Paley y la obra de Malthus abrían otro frente
crítico al admitir el hambre o la extinción como
efectos de una Creación que él suponía buena y perfecta.
Para Darwin, la selección natural generaba de por sí esa
"perfección", pero eliminaba la necesidad de un "diseño
divino", al tiempo que
comprometía el lugar de ese "Dios bondadoso" en la Creación, al
observar cómo algunos organismos paralizaban a otros para convertirlos en
comida viviente para sus crías. Sin embargo, consideraba la vida como un
conjunto de organismos perfectamente adaptados, y en el Origen exponía algunos argumentos teológicos.,
aunque por entonces consideraba la religión como un mecanismo estratégico de supervivencia, Darwin aún creía que, en último
término, Dios era el "dador de vida".
Darwin continuó
desarrollando un papel muy activo en las tareas de su parroquia, pero hacia
1849 comenzó a dedicar el tiempo que su familia pasaba en el templo a dar
paseos en soledad. Aunque era
reticente a manifestar su opinión sobre cuestiones religiosas, en 1879 afirmó
que nunca se había considerado un ateo, y que el término agnóstico “sería una descripción más
correcta de mi estado de ánimo".
La Historia
de Lady Hope, publicada en 1915, describía cómo Darwin había vuelto al cristianismo en su lecho de muerte,
aunque despertó las protestas de sus hijos y fue posteriormente refutada por
historiadores. Sus últimas palabras
fueron para su familia, diciéndole a su mujer Emma: "No tengo miedo de la
muerte. Recuerda qué buena esposa has sido para mí. Dile a mis hijos que
recuerden lo buenos que han sido todos conmigo." Entonces, mientras se
apagaba, le decía repetidamente a Henrietta y Francis "Casi ha merecido la
pena estar enfermo para recibir vuestros cuidados".
Interpretaciones no biológicas de la evolución:
La teoría de Darwin
tuvo inmediatas repercusiones éticas, morales y políticas, sirviendo de base para el desarrollo de la
eugenesia y el darwinismo social. No obstante, la celebridad de Darwin ha hecho
que su nombre sea asociado con ideologías que en algunas
ocasiones defendió sólo parcialmente, y otras están directamente enfrentadas
con sus comentarios personales.
Eugenesia:
Darwin estaba
interesado en los argumentos de su medio primo Francis Galton, expuestos por primera vez en 1865, que
afirmaban que los análisis históricos de la heredabilidad mostraban que los
rasgos mentales y morales podían ser hereditarios, y que los principios de la
cría animal se podían aplicar también a humanos. En el Origen del hombre Darwin apunta que si se
ayuda a los débiles a sobrevivir y procrear se podrían perder los beneficios de
la selección natural, pero advirtió que
negar tal ayuda podría poner en peligro el instinto de solidaridad, "la
parte más noble de nuestra naturaleza", y que factores como la educación
podrían ser más importantes.
Cuando Galton sugirió
que la publicación de estas investigaciones podría incentivar los matrimonios
entre los miembros de la "casta" de "aquellos
que han sido mejor dotados por la naturaleza", Darwin previó algunas
dificultades prácticas y pensó que era el "único procedimiento factible,
aunque me temo que utópico de mejorar la raza
humana", prefiriendo que solamente se diera publicidad a la importancia de
la herencia y se dejaran las decisiones a los individuos.
Tras la muerte de
Darwin en 1883, Galton denominó eugenesia a la disciplina
encargada de la mejora biológica de la especie humana, y desarrolló la biometría. Los movimientos eugenésicos ya estaban
ampliamente extendidos cuando se redescubrió la genética mendeliana, y en algunos países,
entre ellos Bélgica, Brasil, Canadá, Suecia y Estados Unidos, se impusieron leyes
de esterilización obligatoria. La
eugenesia Nazi hizo perder crédito a
la idea.
Darwinismo social:
La utilización de leyes
naturales como justificación de opciones morales o sociales está en el centro
del problema ético de pasar del ser al deber ser. Así, cuando Thomas Malthus sostenía que el
crecimiento de la población por encima de los recursos fue dispuesta por Dios
para que los hombres trabajaran de forma productiva y se refrenaran a la hora
de formar familias, su argumento fue utilizado en la década de 1830 para
justificar las "workhouses" (asilos de pobres) y la economía basada en el laissez-faire.
Del mismo modo, algunos
autores vieron implicaciones sociales en la teoría de la evolución, y Herbert Spencer en su obra La
estática social, escrito en 1851, basaba sus ideas de libertad humana y
derechos individuales en la teoría evolutiva de Lamarck.
La teoría de la
evolución de Darwin se convirtió en una forma de justificación de las
diferencias sociales y raciales. Aunque Darwin había dicho que era
"absurdo hablar de que un animal fuera superior a otro", y concebía
la evolución como carente de finalidad, poco después de la publicación del Origen en 1859 los críticos se mofaban de su
descripción de la lucha por la existencia como una justificación maltusiana del capitalismo industrial inglés de la
época.
El término Darwinismo fue usado en las ideas
evolutivas de otros, entre ellos la aplicación del principio de
"supervivencia del más adaptado" por Spencer en el progreso del libre mercado, y las ideas racistas de Ernst Haeckel del desarrollo humano.
Darwin no compartía las ideas racistas, comunes en su época. Era un firme
detractor de la esclavitud, la
"clasificación de las llamadas razas del hombre como especies
distintas" y los abusos contra los pueblos nativos.
Algunos autores han
empleado la selección natural como argumento para
varias ideologías, a menudo contradictorias, como el capitalismo radical, el racismo, el belicismo, el colonialismo y el neo imperialismo. Al mismo tiempo, el enfoque holístico
de la naturaleza sostenido por Darwin y que incluía la "dependencia de
unos seres con otros" sirvió de fundamento a ideologías diametralmente
opuestas: el pacifismo, el socialismo, el progresismo y el anarquismo, como en el caso del Príncipe Kropotkin,
enfatizaron el valor de la cooperación sobre la lucha entre las especies.
El mismo Darwin
insistió en que la política social simplemente no podía guiarse por los
conceptos de lucha por la supervivencia y selección natural.
El término darwinismo social, acuñado por Herbert Spencer, no era
muy frecuente en la última década del siglo XIX, pero se popularizó
como una expresión despectiva en los años 1940 cuando fue empleado por William Graham
Sumner,
oponiéndose al reformismo y al socialismo. Desde entonces el término se utiliza
para referirse peyorativamente a los que defienden las consecuencias morales de
la evolución.
Homenajes
a Darwin:
El "día de
Darwin" se celebra cada año, y con ocasión del bicentenario de su nacimiento
y el 150 aniversario de la publicación de su obra más importante se han
anunciado actos y publicaciones por todo el mundo.
La exposición sobre
Darwin con que se inauguró el Museo Americano de
Historia Natural en 2006, se exhibió en
el Museo de la Ciencia de Boston, el Museo del Campo de Chicago y el Museo Real de Ontario en Toronto, antes
de su exposición en el Museo de Historia
Natural de Londres (14 de noviembre de
2008 - 19 de abril de 2009), como parte del programa conmemorativo
"Darwin200". La
universidad de Cambridge ha preparado un festival especial en julio de 2009. En su ciudad natal se celebra el
"Festival de Shrewsbury de 2009", con importantes actos durante todo
el año.
En el Reino Unido, una edición especial de la moneda de dos libras muestra el retrato de
Darwin enfrente de un simio, rodeados por la inscripción "DARWIN
2009", con un texto al borde que reza "El origen de las especies
1859". Ya se han anunciado las ediciones de colección, aunque durante todo
el año estas monedas estarán disponibles en bancos y oficinas postales a su
valor de cambio.
En septiembre de 2008,
la Iglesia anglicana publicó un artículo que aprovechaba la ocasión de su 200
aniversario para disculparse ante Darwin "por haberle malinterpretado; y,
por percatarnos de esa primera reacción equivocada, animar a otros que siguen
sin entenderle".
CONCLUSIONES
Este tema
es muy extenso y a su vez muy bonito, ya que nos habla tanto, a cerca de la
vida de Darwin, como de sus teorías, de que nos hablaban cada una y por supuesto,
a cerca de lo que es, de que trata y que fue lo investigo durante su viaje,
llamada “Beagle” donde este viaje nos haba a cerca de lo que es la selección
natural principalmente.
El viaje en
el “Beagle” que realizó Darwin, tuvo mucho que ver en la teoría de la selección
natural, ya que durante el viaje Darwin estudió las aguas costeras, midió
profundidades e indicó las grandes corrientes oceánicas.
Abandonó el
barco frecuentemente para realizar largas expediciones por tierra, durante las
cuales pudo reunir gran cantidad de especímenes. Además, contempló con asombro
la diversidad de la fauna y la flora en función de los distintos lugares que
fueron recorridos por sus colegas y por él en su expedición. Así, pudo
comprender que era la separación geográfica y las distintas condiciones de vida
la causa de que las poblaciones variaran independiente unas de otras.
Para Darwin, el constante aumento de la población mundial que se estaba dando provocaría el agotamiento de los recursos naturales y una lucha por la supervivencia, que acabaría con el triunfo del más fuerte, surgiendo así su teoría; la selección natural, en biología, es un proceso por el cual los efectos ambientales (falta de recursos, cambios geológicos, llegada de nuevas especies, etc.) conducen a un grado variable de éxito reproductivo entre los individuos de una población de organismos con características, o rasgos, diferentes y heredables.
Esta era la
causa de la variación de las especies en función de los climas y los recursos
de cada lugar. Darwin argumenta que todos los seres vivos tienen una
ascendencia común y las diferentes variedades y especies que se observan en la
naturaleza son el resultado de la acción de la selección natural en el tiempo.
Darwin fue el más grande colaborador de la evolución y cuando visita la isla galápagos, descubre la nueva teoría que llamó selección natural, y que la vuelca en su libro el origen de las especies, en donde aquí analiza a ciertos animales como son los; pinzones (pájaros) y les llamó la atención que siendo todos de la misma especie tuvieran ciertas diferencias en cuanto al pico y vuelo: habían pinzones de pico corto y ancho y pinzones de pico largo y a su vez descubrió que este cambio se debió al tipo de alimentación, es decir, (algunos eran herbívoros y algunos otros carnívoros).
También
estudió a las tortugas marinas, lagartijas, iguanas, etc., donde este llego a
una conclusión, la cual era que; todo
ser vivo debe adaptarse a un determinado ambiente y de allí se producirían
luchas en las cuales sólo sobrevivirá el más apto y el más fuerte, es decir por
“selección natural”.
BIBLIOGRAFIA;
·
http://es.wikipedia.org/wiki/Charles_Darwin
ESCUELA; CENTRO DE BACHILLERATO TETECNOLÓGICO INDUSTRIAL Y DE SERVICIOS N° 15
MATERIA; BIOLOGÍA
ESPECIALIDAD; LABORATORISTA QUÍMICO
PROFESORA; M.D. REBECA POSADA RODRÍGUEZ
SEMESTRE; 3° GRUPO; “E”
EQUIPO; N° 5
INTEGRANTES DEL EQUIPO;
· Juana Guadalupe Aguilar Lara
· Sergio Arturo Aguilar Reyes
· Daniel Eduardo Almazán Pérez
· Karla Estefany García Molina
· Narda Angélica Pérez García
· Eimy Yuliana Pérez Martínez
CD. MANTE TAMAULIPAS NOVIEMBRE 2014